Mi año en USA

Era yo adolescente, tenía 13 años, cuando mis padres nos ofrecieron a mi y a mis hermanos de 14 y 16 años irnos a New Jersey a pasar un año de estudios, cada uno a hacer el curso que le correspondía. Mi hermana había ido el año anterior y nos convenció. Decía que merecía mucho la pena y que era un experiencia muy chula, así que, sin pensarlo demasiado, me decidí.


Iba a dejar atrás muchas cosas pero, sobre todo, iba a dejar de ser una niña para crecer, y todo en un solo año. Decidí abandonar mis colecciones, mis pequeños tesoros, mis juguetes, porque las consideré un estorbo para mi crecimiento personal. Traté de vaciarme para poder empaparme de todas estas nuevas experiencias, vivencias y sensaciones que estaban por llegar.

Llegamos a principios de septiembre a Basking Ridge, New Jersey. Allí vivíamos en una típica casa  americana de madera con dos plantas. Vivíamos con una tutora que se llamaba Yolanda y era sudamericana, de Perú concretamente. Yo compartía casa con mi hermana Rocío, una chica valenciana que se llamaba Diana y una chica de la zona que se llamaba Kirsten.

Cafetería en Basking Ridge

Teníamos un horario muy completo. Nos levantábamos a las 5:30 de la mañana y nos acostabamos a las 22:30. El "lunch" (traducción: la comida) lo hacíamos en el colegio a las 12 del mediodía y la cena sobre las 19:30. Íbamos a un colegio católico español que se llamaba Shoreless Lake School (el colegio del lago sin orillas). Tenía muy pocos alumnos, apenas unas cinco o seis por clase, casi como dar clases particulares.

Los fines de semana aprovechábamos para hacer turismo. Nos fuimos de viaje a Washington y visitamos el Capitolio, el Museo Nacional del Aire y el Espacio, el Monumento a Thomas Jefferson, el Jardín Botánico y la Biblioteca del Congreso.

Capitolio 

Thomas Jefferson Memorial

Otro día estuvimos visitando Nueva York. Fuimos al Empire State, la Catedral de San Patricio, Central Park, el Rockefeller Center y el Museo Metropolitano y estuvimos caminando por la Quinta Avenida, observando a la gente que allí vivía. Vestían trajes muy elegantes, algunos con largos abrigos de piel. También, vimos algunas limusinas y carros tirados por unos caballos blancos y marrones muy bonitos. Mas tarde, tuvimos la oportunidad de ver la opera de "Madamme Butterfly" en la Metropolitan Opera House. Fue algo que me gustó mucho.

Metropolitan Opera de Nueva York

En otra ocasión hicimos un viaje a Filadelfia, en donde pudimos visitar el Museo de Arte. Allí se exponían obras de Van Gogh o Monet. En una de las salas me quedé sentada delante de un cuadro de Monet, los nenúfares, extasiada. Es un pintor que me encanta. También visitamos el Zoo.

Museo de Arte de Filadelfia

Me enteré que unas chicas iban a hacer la confirmación, así que me informé por si podía hacerla yo también. Después de hablar con mi tutora y uno de los sacerdotes de allí, me dieron permiso. Tuve que hacer un curso, leer algunos libros y, por fin, el 28 de mayo de 1996, me confirmé en la Iglesia "Jesus is the Lord" en Keyport, por el obispo John M. Smith.

Cuando se acabó el curso fuimos a la graduación, donde nos hicieron entrega de unas medallas a los que habíamos sacado mejores notas (por cierto, a mi me dieron una). Después de la graduación tuvimos una cena con toda la gente del colegio: padres, alumnos y profesores. Allí nos despedimos de todos ellos.

Y llegó el día del viaje de regreso. Nuestra tutora nos llevó al aeropuerto con todas las maletas y allí nos despedimos. El viaje fue muy largo y cansado. Al llegar al aeropuerto de Alicante, nos enteramos que nuestras maletas se habían extraviado y estuvimos esperando mas de dos horas. Había venido toda la familia a recibirnos, nuestros padres, abuelos y algunos tíos. Como ya era bastante tarde, comimos en un restante de allí. Después, regresamos a San Javier, el pueblo donde vivía antes de irme a los Estados Unidos y todo me parecía más pequeño, los coches, las casas, etc. En América todo era más grande.

Escrito por Amalia



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